Aunque todo el mundo asociamos a San Valentín con el día de los enamorados, en realidad, esta fiesta no tiene que ver ni con Roma, ni con San Valentín.
Seguramente habrás oído hablar de que San Valentín fue ajusticiado por casar parejas en secreto cuando era ilegal, pero esto no es más que un mito que ha crecido durante los años.
En primer lugar, hay que decir que la iglesia no sabe mucho sobre san Valentín, y que el día 14 de febrero no es una fiesta cristiana, sino una pagana.
En el mundo romano existía una festividad antiquísima, anterior incluso a la propia Roma, dedicado a la purificación del espíritu, llamadas lupercalia. Esta era una de las festividades oficiales más antiguas que se podían contemplar en Roma. En ella dos grupos de jóvenes, los llamados lupercos, sacrificaban cabras y perros en un extraño ritual detalladamente medido que seguramente ni ellos mismos debían comprender del todo. Después, cubiertos solo con las pieles de las víctimas animales y armados con látigos hechos del mismo material, corrían por el centro de Roma atravesando la Via Sacra azotando a todo el que se cruzara en su camino. La multitud que les recibía, aceptaba gustosa los latigazos, que simbolizaban purificación e incluso fertilidad para las mujeres. Como se puede comprobar, lupercalia no tenía nada que ver con el amor o las parejas, por lo que no se puede considerar que fuera el origen de San Valentín.
Entonces, ¿Cuándo se empezó a asociar a San Valentín con el amor?Lo más probable es que no fuera hasta la Edad Media cuando comenzaran a relacionarse ambos conceptos. De hecho, la referencia más antigua que se conserva sobre San Valentín y el amor la encontramos en el poema The Parlament of Foules -“El Parlamento de las aves”-, escrito entre 1381-1383 por el poeta inglés Geoffrey Chaucer. No es posible asegurar si realmente fue él el creador de la asociación de San Valentín con el amor o si ya existía por entonces alguna tradición; aunque de ser así, seguramente sería una idea bastante reciente. De ahí en adelante, la idea de asociar a San Valentín con el amor para celebrar una fiesta en honor de los enamorados no hizo más que crecer y expandirse a lo largo de los siglos hasta nuestros días.
En conclusión, San Valentín es un mito que se ha expandido exponencialmente hasta nuestros días a través de los años, y antes de celebrar esta fiesta súper comercializada, deberíamos pensar por qué la celebramos.
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